martes, 23 de noviembre de 2010

La realidad ya no era suficiente para ella

Así describía Cobb (Leonardo di Caprio) en Origen (Inception) a su esposa Mal. Y, yo, me sentí completamente identificada con esa frase pues, desde que tengo uso de razón, la realidad nunca ha sido suficiente, siempre he necesitado, además, esa otra realidad que nos brindan el mundo onírico.

Siempre he sido muy prolífica a la hora de soñar, tanto es así que me he convertido en lo que se llama una onironauta. Con el paso del tiempo me he ido dando cuenta de que, en ese aspecto, soy diferente a vosotros, la gran mayoría de la población, para quienes lo habitual es: recordar los sueños tan sólo en el instante de despertar o, simplemente, no acordarse de ellos en absoluto. Yo, en cambio, siempre recuerdo cada noche una media de 4 o 5 sueños (o menos si son más largos) que retengo perfectamente, no solo al despertar, sino con el paso del tiempo. Rarísimo es el día en que no me acuerdo de ningún sueño pero, ese día, me levanto cansada, de mal humor, como si no hubiera descansado nada en toda la noche y, peor aún, con una sensación de haber perdido el tiempo brutal. Simplemente odio cuando me pasa eso.


Muchas veces me pregunto cómo podéis vivir el resto de la gente sin recordar o participar en vuestros sueños y trato de imaginármelo… pero soy incapaz. Supongo que, en realidad, es simplemente es algo que no echáis en falta de la misma manera que, y al contrario que yo, soléis ver los sueños como algo sin importancia e insignificante para la vida. Sin embargo, desde mi punto de vista veo que os estáis perdiendo la mitad de vuestra vida aunque, evidentemente, vosotros no notaréis esta carencia.


Por poner un ejemplo que se entienda: Seguramente todos nos habremos hallado alguna vez en el caso de ver a una persona ciega y sentir pena por ella, ¿verdad? Si bien es cierto que, si esa persona ya ha nacido así, no habría porqué tenérsela porque, para ella, esa es su realidad y no puede echar en falta algo que jamás ha sentido (o simplemente ha visto fugazmente en forma de sombras borrosas). Y, aun así, desde nuestra posición seguimos sintiendo ese resquicio de lástima.


Pues algo así me pasa a mí con los sueños. Aunque suene pretencioso o haya gente que se lo pueda tomar a mal: Siento cierta lástima por vosotros, por esa inmensa mayoría de la población que no recuerda ni vive sus sueños cada noche. Sé que no debería pues quien no lo conoce no lo puede echar en falta y, como ya he dicho antes, a muchos os parecerá una tontería. Yo de las pocas personas que pueden ver en este mundo de ciegos y, a pesar que sé que nadie lo echa en falta, no puedo más que desear poder dar la vista a aquellos que no la tienen.


Sé que muchos no le dais importancia alguna a soñar pero, para mí, es algo que forma parte de mi vida. Algo que, si se me arrebatara, me vería ciega y perdida como aquel que le es arrebatada la visión en un momento dado de su vida y vive añorando recuperarla. Jamás volvería a ser la misma pues me gusta tener, cada noche, retazos de esa realidad, esa otra realidad que me lleva cada noche a un mundo distinto sin saber cuál me tocará cada vez. Por eso os digo que os estáis perdiendo la mitad de vuestras vidas...la mitad de muchas otras de vuestras vidas.


Yo no podría prescindir jamás de las aventuras y sensaciones que encuentro cada noche con cada nuevo sueño. Todas las ncohes al acostarme es como si pensara “¿a ver qué peli echan hoy?” Peli que, si no me gusta, pues cambio de canal (durante los años he aprendido a esquivar pesadillas o, incluso, a despertarme a voluntad si estoy en medio de una de ellas) pero que, además, si me gusta tengo 2 opciones: modificarla a voluntad o, simplemente, tomar pequeñas decisiones en momentos clave pero, después, dejar que la historia fluya libremente (es mi opción favorita).


Muchos diréis: “Sí, vale pero de que te sirve todo eso si no es verdad, si no es la realidad”. Pero pensad una cosa, la realidad está formada por sentimientos y sensaciones que nuestro cerebro interpreta, los sueños también, así pues, no es algo tan diferente. Simplemente te ayuda a descansar, a escapar de la rutina y, sobretodo, te aporta una ola de sentimientos y sensaciones nuevas que, en la propia realidad serías incapaz de tener. ¿Qué importa si todo es producto de tu subconsciente? ¿Qué importa si al despertar el mundo que has creado se evapora? ¿Qué importa si nada es real y todo está tan sólo en tu imaginación? Porque durante el sueño, ese mundo ha existido y todo lo que ha sucedido ha sido real. Durante el sueño lo has sentido y vivido todo como si fuera real. Es, al fin y al cabo, algo mucho mejor que un libro, película o videojuego porque aquí si que eres el protagonista y/o sientes lo que él.


Realmente sería incapaz de describir la multitud de sensaciones que he tenido a lo largo de la vida en sueños pero os voy a dejar una muestra de ello, lo que ahora, rápidamente, se me ocurra a bote pronto:


He visto los lugares más hermosos y los más terribles. He visitado lugares y ciudades imposibles que desafían cualquier regla de la física. He visto y estado en otros planetas y sus lunas. He estado en otros tiempos y en otras realidades. He evitado guerras y las he provocado. He rescatado mundos y los he destruido. He sido venerada y temida, adorada y odiada, me han reverenciado y me han despreciado, me han servido y traicionado, he tenido poder y lo he perdido. He sido multitud de oficios diferentes, algunos de los cuales existen y, otros, no (he sido científica, escritora, sanadora, médium, oráculo, policía, criminalista, ladrona, asesina, médico, lingüista, traductora, espía, alpinista, arqueóloga, pirata…). He visto seres mitológicos y, también, he sido uno de ellos (hadas, sirenas, dragones, centauros, pegasos, unicornios, grifos, elementales…). He hablado y conocido multitud de idiomas. He sido la que más ha entendido de todo y la única que no entendía nada. He comandado ejércitos y rebeliones y he sido una paria de la sociedad. He pilotado y conducido cualquier tipo de vehículo o nave. He luchado mil batallas y he huido otras tantas. He sido la más joven y la más vieja. He tenido hijos, otros padres y otros familiares. He sido otra y he sido yo misma. He conocido a mucha gente y he estado sola. He sentido alegría, dolor, amor, odio, esperanza y desesperación. He sido cruel y compasiva, me he enamorado y me he sentido traicionada. He cruzado los cielos, los océanos y las tierras de multitud de mundos. He travesado paredes, tenido fuerza sobrehumana, sido más rápida que el rayo, tenido el poder de un cambiante, leído y controlado mentes, me he teletransportado, he parado el tiempo y lo he acelerado. He tenido más poder que el más poderoso de los magos y he sido más diestra que el más diestro de los espadachines. Me han herido, he muerto y he resucitado. Me he transformado. He sido animal, humano, pertenecido a otras razas y sido alienígena. Me han encumbrado a lo más alto y derribado a lo más bajo. He vivido en castillos y prisiones. He vivido en el presente, el pasado (Egipto, China, Japón, Grecia, Roma…) y el futuro. He visto tecnologías imposibles y formado parte de ellas en algún sentido. Mi ADN ha sido potenciado artificialmente, he sido un cyborg y un robot. Me han asesinado a sangre fría, matado en combate o he sido daño colateral de una guerra. He sido perseguida por alguna razón o sin ella. Me han capturado y he podido escapar. He imaginado ciudades con arquitecturas imposibles: de cristal, voladoras, sumergidas, subterráneas, invisibles, protegidas por campos holográficos, en las copas de árboles gigantescos. He creado paradojas temporales y las he destruido, he modificado el curso del tiempo y de la historia y lo he restaurado. He sido clonada y he sido clon. He mutado, me he transformado en espíritu o fantasma y me he comunicado con ellos. He entrado en los cuentos clásicos, en películas, en videojuegos. He sentido el poder de la Fuerza y he blandido un sable láser, cruzado Stargates, luchado contra Sauron, pilotado un Viper de Galactica, entrado y salido de Matrix, descubierto tumbas con Indiana Jones y Lara Croft, luchado contra un Terminator, sido empequeñecida y agrandada como Alicia, luchado junto a Blade, pilotado mechas y empuñado Excalibur. He ido al otro lado del espejo y del televisor. He estado con la gente a la que quiero y separada irremediablemente de ellos. Los he buscado y encontrado….y otras veces me he perdido en la búsqueda. He visto la tercera guerra mundial, he vivido las consecuencias de ella, de un impacto de un meteorito, de la destrucción de la luna… He intentado sobrevivir en mundos post-apocalípticos. He buscado el Edén y sostenido entre mis manos el Santo Grial. Me he encontrado con ángeles, demonios, monstruos, mutaciones, zombies, vampiros, hombres lobo, enanos, elfos, goblins, orcos, gigantes, contempladores, méfits, krakens, duendes, trasgos.... He sido alta, baja, gorda, delgada, rubia, morena y pelirroja. He tenido cualquier color de pelo y de piel imaginable. He sido mujer y hombre, niña y niño, anciana y anciano. He sentido miles de emociones, sentimientos y sensaciones… y las que me esperan por sentir. He vivido miles de vidas, más de lo que cualquiera se pueda imaginar… y las que me quedan por vivir :)



Porque sí, para mí, la realidad nunca ha sido suficiente.



PD: En la peli de Origen, por cierto, para tener 50 años para construir “su mundo” la verdad es que tenían una imaginación MUY pobre ¬¬U.